lunes, 19 de noviembre de 2012

checho pepi pedro maria marcelo dilan lautaro chichi fernando maxi etc

Había una vez,
un sábado Fabricicleto,
de esos de principio de año,
cuando el calorcito nos acompañaba,
uno de esos en los que más de uno disfrutaba de  vacaciones, de divertirse…

se acercan unos pequeños con ganas de conocer el mundo fabricicleto jugando y encuentran en el taller, ruedas, grasa, herramientas, mate y sonrisas. Sí, en las caras y en galletitas también, ¿por qué no?


Tanto se coparon, tanto iban andando de acá para allá preguntando cómo  funcionaba ese lugar dónde no había que pagar para armar, desarmar y pedalear. Tanto preguntar si  podían ellos también armarse sus propias bicis o cómo habíamos aprendido…

Así fueron sumándose varios compinches más y entre arreglos se armó el grupete de los niños (también llamados por sus nombres checho pepi pedro maria marcelo dilan lautaro chichi fernando maxi)  que con su presencia regular llenaron martes y sábados de locura en los pasillos de La Fabricicleta…


Tanto fue la demanda de atención que fueron logrando que nos planteáramos de que manera poder transmitirles las cosas que nosotros fuimos aprendiendo en la Fabri. Así surgió abrir los viernes. Mutación tras mutación se fue armando la merienda, la ronda de yenga, la lectura de cuentos y así vamos haciendo lo que tenemos ganas. Vamos aprendiendo más de ellos que ellos de nosotros, o ambos nos aprendemos mutuamente, nos divertimos, compartimos….

En algún momento buscamos algún grupo con más herramientas en la materia de educación popular para hacer una mejor tarea pero no encontramos respuesta. Sin embargo no lo dejamos a la deriva y con nuestras pocas herramientas de manejo de grupo le dimos la mejor dedicación que pudimos conociendo nuestros límites y dando pasos al costado cuando las situaciones nos superaban.


Y quizás pensamos que más que proponer un espacio de aprendizaje, estamos apostando al vínculo y al encuentro. No renegamos de la idea de enseñanza o de una institución que propone un espacio de enseñanza, pero a veces sólo se piensa en los contenidos, que aprendan un oficio, que elijan la letra correcta en el sitio indicado... pero de ese modo se deja por fuera lo más importante que a nosotros nos late que es saber qué pasa con los niños, cómo los incluímos, cómo hacemos para transformarnos ante cada situación, para que La Fabricicleta sea tan flexible para pensar al otro y que se nos desdibujen los bordes. No les enseñemos sobre “la moral de la justicia” ni les expliquemos que no queremos enseñar las cosas a los golpes. Si eso es educar, no los eduquemos… “arruinémosle” la vida invitándolos a tener una bici.


En nuestra ciudad donde la suspensión por lluvia, por cortes, por  sorpresas es regular... sabemos que a las 17.30 hay que salir para allá, porque a menos que pare la línea Mitre, no hay razón para que el grupo de miradas cargada de preguntas, respuestas, inocencia y perplejidad, no espere en la puerta de Triunvirato y la vía al que llega con la llave y que abre la puerta para ir a jugar.

Te invitamos a acompañarnos, a desafiarnos una partida de yenga, una partida de boxeo a dos manos (a bancársela eh), a tomar la leche y a recordar el niño que llevamos adentro, afuera, adentro…

Desde principio de año estamos y seguimos los viernes hasta el 14 de diciembre: 
Merienda y taller de ciclomecánica popular para niños-adultos-niños.



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